En toda
actuación logopédica podemos diferenciar una intervención indirecta y una
actuación directa, a ellas nos referimos a continuación.
6.1. Intervención indirecta
El papel del
adulto (padres, familiares, profesores, etc.) es de suma importancia, tanto en
lo referente a la actitud a mantener ante el niño o la niña que tartamudean, como
a la colaboración para su rehabilitación. Así, resulta importante disponer de
unas orientaciones precisas sobre este respecto: ¿Qué debe hacer el adulto para
evitar que las dificultades del niño en su habla se afiancen?
• Es fundamental no reaccionar
negativamente ante las dificultades del niño, debemos evitar manifestar signos de
ansiedad o impaciencia. Las “regañinas”, críticas y censuras en este aspecto
deben olvidarse por completo.
• Potenciar situaciones para
conversar y hablar en un ambiente relajado y tranquilo, sin prestar demasiada atención
a sus fallos. Deberemos escuchar con atención lo que el niño dice y responder a
eso, no a su tartamudez. Se procurará evitar las situaciones o personas que al
niño le produzcan tensión, pues las alusiones negativas son respecto al modo de
hablar del niño por parte de familiares y amigos no lo benefician en nada.
• Conservar el contacto visual
natural cuando el niño esté hablando reforzando la conversación con el lenguaje
gestual movimientos de cabeza, sonrisas, titubeos...).
• Evitar las correcciones
continuas exigiendo la repetición de las palabras o frases problemáticas. No tenemos
que pedirle que hable más tranquilo o despacio, pues lo único que conseguiremos
es aumentar su ansiedad y nerviosismo.
• Se le dará el tiempo que
necesite para expresarse, no adelantándose adivinando qué quiere decir y no interrumpiéndolo
a cada momento, evitaremos completar o expresar las ideas que quiere
trasmitirnos dejando que él lo haga utilizando sus propias palabras.
• Es importante hablar al niño
despacio, con tranquilidad, pronunciando claramente y formulando frases
sencillas.
• Hablar abiertamente sobre la
tartamudez si el niño saca el tema.
Las actividades
y los ejercicios que tendrá que realizar en casa las indicará en cada momento
el/la logopeda y siempre se tendrá mucho cuidado de no atosigar al niño, pues
lo único que podemos conseguir de ese modo es aburrimiento, desmotivación o
incluso mayor ansiedad (Jiménez y Alonso, 2000).
6.2. Intervención
directa
Las distintas teorías existentes
sobre la tartamudez han dado lugar al desarrollo de diversas técnicas de tratamiento,
TEORÍAS
|
TIPO
DE TRATAMIENTO
|
Teorías que inciden en el error de retroalimentación
óseo-aérea
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- Seguimiento.
- Encubrimiento.
- Habla rítmica: silabeo o metrónomo.
- Retroalimentación auditiva demorada (RAD).
|
Tartamudeo como respuesta aprendida
|
- Refuerzo positivo a respuestas alternativas a
la tartamudez.
- Extinción.
- Tiempo fuera.
- Contracondicionamiento.
|
Teorías en base a la reducción de la ansiedad
|
- Desensibilización sistemática.
- Condicionamiento encubierto.
- Entrenamiento en habilidades sociales.
- Control de la respiración.
- Relajación.
|
El patrón de habla tartamudo como responsable
de los errores de dicción
|
- Habla rítmica: silabeo o metrónomo.
- La RAD como sistema para enlentecer y cambiar
el patrón del habla.
- Patrón de habla alternativo, de tono y ritmo
específico.
|
(Santacreu y Forjan,
1997).
TÉCNICA DE SEGUIMIENTO, HABLA EN SOMBRA O ECO.
Se intenta que
la persona tartamuda repita las palabras dichas por el logopeda mientras habla
o lee un texto. Lo que se pretende es conseguir que la persona tartamuda
atienda prioritariamente a la información que le llega por el canal auditivo de
lo que está leyendo o diciendo el modelo.
Por otra parte,
el tartamudo al imitar parece olvidarse de sus dificultades y deja de cometer
errores.
TÉCNICA DE ENCUBRIMIENTO O ENMASCARAMIENTO. (Yates, 1970 y 1975).
Se somete al
niño o niña a un ruido blanco (ruido con una amplia gama de tonos) mediante
unos auriculares al tiempo que lee o habla, por lo que no puede oírse a sí mismo.
De esta forma se consigue eliminar la retroalimentación auditiva y ósea y, en
consecuencia el desfase entre ambas. Cuando no podemos escucharnos modificamos
nuestro patrón de habla relentizándolo y en los tartamudos se produce una
reducción de sus errores.
EL HABLA RÍTMICA, SILABEO O METRÓNOMO.
Lo que se
pretende es enseñar a hablar a la persona tartamuda con un ritmo determinado,
generalmente más lento que el suyo habitual, que se le va marcando. La
introducción de un ritmo en el habla reduce en gran medida las dificultades de
la tartamudez, este ritmo se puede producir mediante un metrónomo, balanceo
rítmico de los brazos (como un juego), palmadas...El ritmo permite la
distracción del niño, y éste deja de atender a su propio tartamudeo.
Brady (1968,
1971), ha sido uno de los autores que más se ha preocupado de enfrentar los
problemas de modelado y generalización del habla. Considera que el metrónomo es
un buen método para conseguir cambiar el patrón de habla tartamuda, pues
presenta entre otras ventajas el ser ligero y manejable. Permite dotar al
disfémico de un ritmo al hablar, haciendo coincidir sus sílabas, palabras o
frases con el golpeteo regular de un aparato (metrónomo).
El tratamiento consta de varias
etapas:
1º Se le demuestra al sujeto que
puede hablar sin tartamudear (lo cual acontece en el mismo momento en que empieza
a emplear el metrónomo).
2º Se incrementa la tasa de habla
usando el metrónomo de forma gradual, según una jerarquía de ansiedad.
3º Una vez conseguida un habla
normal, se desvanece progresivamente el uso del metrónomo.
Señalemos la
existencia de metrónomos electrónicos con audífono, que pueden ser usados en el
entrenamiento bajo cualquier condición. También se hallan en el mercado metrónomos
de pulsera que emiten impulsos visuales y auditivos (personalmente empleamos
uno de estos últimos, Zen-On Metrina Multi, fácil de hallar en tiendas de
música, para los tratamientos que efectuamos). Un riesgo inherente a cualquier
tratamiento de la disfemia es que el niño elimine las repeticiones mientras
está con el terapeuta, pero que reincida una vez colocado en su medio normal.
De ahí la necesidad de entrenar el método en condiciones lo más normales
posible, y la utilidad de los artilugios de pulsera que antes comentábamos.
Retroalimentación auditiva demorada (rad) o habla retardada.
Consiste en presentar por medio
de unos auriculares el discurso que el niño acaba de decir, escuchando de esta
manera su propia voz unos segundos después.
Refuerzo positivo a respuestas alternativas a la tartamudez.
Siguiendo la hipótesis del
tartamudeo como conducta adquirida por aprendizaje operante (Richard y Mundy,
1965), utilizaron recompensas como el helado en niños, así como puntuar más alto
en una gráfica, para reducir el tartamudeo en terapia. Los padres eran administradores
del refuerzo, y los resultados fueron positivos.
Tiempo fuera.
En esta técnica, cuando los
sujetos tartamudean, la situación terapéutica permite que se encienda una luz
roja durante diez segundos, y en este tiempo no se puede hablar. La base
teórica de esta técnica es el supuesto de que el TF es una consecuencia
aversiva; sin embargo, Adams y Popelka (1971), afirman que sus tartamudos los
encontraron relajante.
Contra-condicionamiento (azrin y nunn, 1974).
Consiste fundamentalmente en la
producción de respuestas incompatibles con la conducta de tartamudeo.
En el caso del tartamudeo, el
sujeto debe ser entrenado para interrumpir su habla en el momento de tartamudear,
para inspirar profundamente. El programa incluye otros aspectos: formulación de
pensamientos antes de hablar, identificación de situaciones favorables al tartamudeo,
períodos de habla cortos, ejercicios diarios de respiración, procedimientos de
relajación, exhibición de las mejoras corregidas y apoyo de los familiares y
personas próximas.
El trabajo original de Azrin ha
sido recientemente traducido al español (Azrin y Nunn, 1987).
Desensibilización sistemática.
Consistente en descubrir a la
persona tartamuda, durante las sesiones de tratamiento, las situaciones que le
producen mayor ansiedad y por lo tanto mayor número de disfluencias, simulando
y analizando cada situación.
Entrenamiento en habilidades sociales.
Supone el entrenamiento en
técnicas de relación social y asertividad que le van a servir como recursos
específicos para desenvolverse en aquellas situaciones que más tensión le provocan.
Control de la respiración.
Aprender a respirar correctamente
supone una parte importante en todos los tratamientos logopédicos, numerosos
estudios demuestran la presencia de e un patrón respiratorio alterado en el tartamudeo
( los sujetos expulsan el aire con rapidez, oscilando bruscamente la cantidad
de aire retenida, intentan hablar cuando carecen de aire en los pulmones y en
algunos casos respiran superficialmente y con jadeos), el tratamiento pretende
que el niño aprenda a controlare la respiración mientras habla o lee.
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