domingo, 8 de julio de 2012

6. Intervención

En toda actuación logopédica podemos diferenciar una intervención indirecta y una actuación directa, a ellas nos referimos a continuación.

6.1. Intervención indirecta

El papel del adulto (padres, familiares, profesores, etc.) es de suma importancia, tanto en lo referente a la actitud a mantener ante el niño o la niña que tartamudean, como a la colaboración para su rehabilitación. Así, resulta importante disponer de unas orientaciones precisas sobre este respecto: ¿Qué debe hacer el adulto para evitar que las dificultades del niño en su habla se afiancen?

• Es fundamental no reaccionar negativamente ante las dificultades del niño, debemos evitar manifestar signos de ansiedad o impaciencia. Las “regañinas”, críticas y censuras en este aspecto deben olvidarse por completo.

• Potenciar situaciones para conversar y hablar en un ambiente relajado y tranquilo, sin prestar demasiada atención a sus fallos. Deberemos escuchar con atención lo que el niño dice y responder a eso, no a su tartamudez. Se procurará evitar las situaciones o personas que al niño le produzcan tensión, pues las alusiones negativas son respecto al modo de hablar del niño por parte de familiares y amigos no lo benefician en nada.

• Conservar el contacto visual natural cuando el niño esté hablando reforzando la conversación con el lenguaje gestual movimientos de cabeza, sonrisas, titubeos...).

• Evitar las correcciones continuas exigiendo la repetición de las palabras o frases problemáticas. No tenemos que pedirle que hable más tranquilo o despacio, pues lo único que conseguiremos es aumentar su ansiedad y nerviosismo.

• Se le dará el tiempo que necesite para expresarse, no adelantándose adivinando qué quiere decir y no interrumpiéndolo a cada momento, evitaremos completar o expresar las ideas que quiere trasmitirnos dejando que él lo haga utilizando sus propias palabras.

• Es importante hablar al niño despacio, con tranquilidad, pronunciando claramente y formulando frases sencillas.

• Hablar abiertamente sobre la tartamudez si el niño saca el tema.

Las actividades y los ejercicios que tendrá que realizar en casa las indicará en cada momento el/la logopeda y siempre se tendrá mucho cuidado de no atosigar al niño, pues lo único que podemos conseguir de ese modo es aburrimiento, desmotivación o incluso mayor ansiedad (Jiménez y Alonso, 2000).


6.2. Intervención directa

Las distintas teorías existentes sobre la tartamudez han dado lugar al desarrollo de diversas técnicas de tratamiento,


TEORÍAS

TIPO DE TRATAMIENTO


Teorías que inciden en el error de retroalimentación óseo-aérea

- Seguimiento.
- Encubrimiento.
- Habla rítmica: silabeo o metrónomo.
- Retroalimentación auditiva demorada (RAD).




Tartamudeo como respuesta aprendida

- Refuerzo positivo a respuestas alternativas a la tartamudez.
- Extinción.
- Tiempo fuera.
- Contracondicionamiento.




Teorías en base a la reducción de la ansiedad

- Desensibilización sistemática.
- Condicionamiento encubierto.
- Entrenamiento en habilidades sociales.
- Control de la respiración.
- Relajación.



El patrón de habla tartamudo como responsable de los errores de dicción

- Habla rítmica: silabeo o metrónomo.
- La RAD como sistema para enlentecer y cambiar el patrón del habla.
- Patrón de habla alternativo, de tono y ritmo específico.


(Santacreu y Forjan, 1997).
TÉCNICA DE SEGUIMIENTO, HABLA EN SOMBRA O ECO.

Se intenta que la persona tartamuda repita las palabras dichas por el logopeda mientras habla o lee un texto. Lo que se pretende es conseguir que la persona tartamuda atienda prioritariamente a la información que le llega por el canal auditivo de lo que está leyendo o diciendo el modelo.

Por otra parte, el tartamudo al imitar parece olvidarse de sus dificultades y deja de cometer errores.


TÉCNICA DE ENCUBRIMIENTO O ENMASCARAMIENTO. (Yates, 1970 y 1975).

Se somete al niño o niña a un ruido blanco (ruido con una amplia gama de tonos) mediante unos auriculares al tiempo que lee o habla, por lo que no puede oírse a sí mismo. De esta forma se consigue eliminar la retroalimentación auditiva y ósea y, en consecuencia el desfase entre ambas. Cuando no podemos escucharnos modificamos nuestro patrón de habla relentizándolo y en los tartamudos se produce una reducción de sus errores.


EL HABLA RÍTMICA, SILABEO O METRÓNOMO.

Lo que se pretende es enseñar a hablar a la persona tartamuda con un ritmo determinado, generalmente más lento que el suyo habitual, que se le va marcando. La introducción de un ritmo en el habla reduce en gran medida las dificultades de la tartamudez, este ritmo se puede producir mediante un metrónomo, balanceo rítmico de los brazos (como un juego), palmadas...El ritmo permite la distracción del niño, y éste deja de atender a su propio tartamudeo.

Brady (1968, 1971), ha sido uno de los autores que más se ha preocupado de enfrentar los problemas de modelado y generalización del habla. Considera que el metrónomo es un buen método para conseguir cambiar el patrón de habla tartamuda, pues presenta entre otras ventajas el ser ligero y manejable. Permite dotar al disfémico de un ritmo al hablar, haciendo coincidir sus sílabas, palabras o frases con el golpeteo regular de un aparato (metrónomo).

El tratamiento consta de varias etapas:

1º Se le demuestra al sujeto que puede hablar sin tartamudear (lo cual acontece en el mismo momento en que empieza a emplear el metrónomo).

2º Se incrementa la tasa de habla usando el metrónomo de forma gradual, según una jerarquía de ansiedad.

3º Una vez conseguida un habla normal, se desvanece progresivamente el uso del metrónomo.

Señalemos la existencia de metrónomos electrónicos con audífono, que pueden ser usados en el entrenamiento bajo cualquier condición. También se hallan en el mercado metrónomos de pulsera que emiten impulsos visuales y auditivos (personalmente empleamos uno de estos últimos, Zen-On Metrina Multi, fácil de hallar en tiendas de música, para los tratamientos que efectuamos). Un riesgo inherente a cualquier tratamiento de la disfemia es que el niño elimine las repeticiones mientras está con el terapeuta, pero que reincida una vez colocado en su medio normal. De ahí la necesidad de entrenar el método en condiciones lo más normales posible, y la utilidad de los artilugios de pulsera que antes comentábamos.


Retroalimentación auditiva demorada (rad) o habla retardada.

Consiste en presentar por medio de unos auriculares el discurso que el niño acaba de decir, escuchando de esta manera su propia voz unos segundos después.

Refuerzo positivo a respuestas alternativas a la tartamudez.

Siguiendo la hipótesis del tartamudeo como conducta adquirida por aprendizaje operante (Richard y Mundy, 1965), utilizaron recompensas como el helado en niños, así como puntuar más alto en una gráfica, para reducir el tartamudeo en terapia. Los padres eran administradores del refuerzo, y los resultados fueron positivos.

Tiempo fuera.

En esta técnica, cuando los sujetos tartamudean, la situación terapéutica permite que se encienda una luz roja durante diez segundos, y en este tiempo no se puede hablar. La base teórica de esta técnica es el supuesto de que el TF es una consecuencia aversiva; sin embargo, Adams y Popelka (1971), afirman que sus tartamudos los encontraron relajante.

Contra-condicionamiento (azrin y nunn, 1974).

Consiste fundamentalmente en la producción de respuestas incompatibles con la conducta de tartamudeo.
En el caso del tartamudeo, el sujeto debe ser entrenado para interrumpir su habla en el momento de tartamudear, para inspirar profundamente. El programa incluye otros aspectos: formulación de pensamientos antes de hablar, identificación de situaciones favorables al tartamudeo, períodos de habla cortos, ejercicios diarios de respiración, procedimientos de relajación, exhibición de las mejoras corregidas y apoyo de los familiares y personas próximas.

El trabajo original de Azrin ha sido recientemente traducido al español (Azrin y Nunn, 1987).

Desensibilización sistemática.

Consistente en descubrir a la persona tartamuda, durante las sesiones de tratamiento, las situaciones que le producen mayor ansiedad y por lo tanto mayor número de disfluencias, simulando y analizando cada situación.

Entrenamiento en habilidades sociales.

Supone el entrenamiento en técnicas de relación social y asertividad que le van a servir como recursos específicos para desenvolverse en aquellas situaciones que más tensión le provocan.

Control de la respiración.

Aprender a respirar correctamente supone una parte importante en todos los tratamientos logopédicos, numerosos estudios demuestran la presencia de e un patrón respiratorio alterado en el tartamudeo ( los sujetos expulsan el aire con rapidez, oscilando bruscamente la cantidad de aire retenida, intentan hablar cuando carecen de aire en los pulmones y en algunos casos respiran superficialmente y con jadeos), el tratamiento pretende que el niño aprenda a controlare la respiración mientras habla o lee.
                

No hay comentarios:

Publicar un comentario